Descubre nuestros paisajes, pueblos, historia, monumentos, costumbres y tradiciones, arquitectura popular, … y cómo no, nuestra gente, a lo largo de estas tierras en torno a la cabecera del Río Duero. Y todo ello, de la mejor manera, sobre una bicicleta!!!
Románico y vino junto al Duero soriano
Una nueva ruta nos espera, en esta ocasión, por el extremo oeste de la provincia de Soria, con el río Duero como compañero al inicio y al final del camino y próximo a nosotros en todo momento.
Son unos 50 kilómetros de recorrido, cargados de arte, historia y tradición, y rodeados por unos paisajes muy especiales.
El arte lo vamos a ver representado en las iglesias románicas repartidas a lo largo de nuestro recorrido y muy características de esta comarca.
En cuanto a la historia, se conocen restos desde tiempos celtíberos, pero es la época de la Reconquista, de la que se tiene mayor constancia, por las continuas luchas fronterizas entre moros y cristianos que se libraron por aquí y de su relación con la figura del Cid Campeador.
La tradición, vendrá marcada, de forma muy importante, por la cultura del vino, tan arraigada en esta zona de la Ribera del Duero soriana, y tan conocida por los excelentes caldos que por aquí se crían. Bodegas y lagares se sitúan junto a las distintas localidades, aportándoles un carácter muy singular.
El paisaje, muy diverso. Zonas llanas y vegetación típica de ribera, van a dar lugar a zonas de monte más quebradas y altozanos con unas vistas espectaculares. Los tan extendidos y característicos viñedos de este terreno, se alternarán con cultivos de cereal, forraje, girasol, maíz o incluso árboles frutales, que proliferan más en estas tierras al contar con las temperaturas más benévolas de la provincia.
San Esteban de Gormaz
Comenzamos esta ruta en San Esteban de Gormaz.
Junto al río Duero, y con unos 2.400 habitantes, es la población más importante y la cabecera de la comarca. Declarada como Conjunto Histórico-Artístico, San Esteban de Gormaz cobró un protagonismo muy importante en la Reconquista, por su ubicación fronteriza entre moros y cristianos. Tras años de luchas pasando de unas manos a otras, fue el Cid Campeador quien la conquistó definitivamente para los cristianos.
San Esteban de Gormaz, aparece en numerosas ocasiones en el Cantar de Mio Cid, en el que se la cita como “Una buena ciudad”, y destaca el carácter mesurado y prudente de sus habitantes.
Las iglesias del Rivero y San Miguel, son dos de los templos románicos más importantes de la provincia.
La calle Mayor y la Plaza Mayor con sus casas señoriales, soportales con sus balcones y columnas redondeadas y el Arco de la Villa, acercándonos al Duero y el puente medieval; la subida al castillo y las bodegas, o la zona de La Rambla junto al Duero hasta el Molino de los Ojos, garantizan una visita de lo más interesante.
Aldea de San Esteban
Tras unos 6 Km de recorrido bastante llano, alejándonos ligeramente del río Duero, encontraremos nuestra siguiente parada, Aldea de San Esteban. Aquí nos detendremos a visitar el conjunto de bodegas y lagares, construidas aprovechando un montículo al este del pueblo.
A un kilómetro y medio al oeste del pueblo, se divisa un alto con unas antenas que se conoce con el nombre de La Torre. Según se relata en el Cantar de mío Cid, en este alto pudo estar ubicada la Torre de Doña Urraca. Cuenta la tradición que aquí llegaron a refugiarse las hijas del Cid, acompañadas de su primo Félez Muñoz que las socorrió tras la Afrenta de Corpes.
Soto de San Esteban
Salimos de Aldea de San Esteban en dirección norte, siguiendo el curso del río Pedro hacia su desembocadura en el Duero. A un kilómetro y medio aproximadamente, giraremos a la izquierda, pedaleando ahora entre regadíos y viñedos, en paralelo al Canal de Ines, hasta llegar a las bodegas de Soto de San Esteban.
Continuamos la ruta ahora hacia Miño de San Esteban. A estas alturas, ya habremos podido calentar bien las piernas y así afrontar los 7 km que nos esperan, casi todos de subida, excepto un tramo final de bajada.
Miño de San Esteban
En Miño de San Esteban, nos detendremos a visitar la Iglesia de San Martín, muy buen ejemplo del románico porticado de esta zona. Construida en el siglo XII. Destaca su galería porticada, su portada y el campanario con forma de torreón, que quizá pudo pertenecer a una fortaleza medieval anterior
Entre los variados y cuidados motivos que adornan los capiteles de la galería y los canecillos de la cornisa que la remata, os reto a encontrar, por lo llamativo de formar parte de la decoración de una iglesia, la figura de una pareja en una actitud un tanto erótica.
Ya en nuestro recorrido por el resto del pueblo, no nos podemos perder el conjunto de bodegas y lagares tradicionales.
Nos dirigimos ya, por el Camino del Llano hacia Fuentecambrón, a escasos 5 km. Este pequeño tramo, también se puede hacer por carretera, si se prefiere, pero las vistas no son igual.
Comenzamos subiendo, primero entre fincas de cultivo y cerros casi pelados, y después, por un monte de encinas.
Las vistas por aquí, son espectaculares en cualquier dirección.
Fuentecambrón
En Fuentecambrón nos detendremos a observar el entorno de los palomares, que aunque en mal estado la mayoría, forman un conjunto etnográfico muy interesante que ojalá alguien se animara a recuperar, como sí ha pasado con el lavadero, al otro lado de la carretera, justo enfrente, bajo la zona de bodegas.
Volvemos brevemente sobre nuestro camino, para poner rumbo hacia Peñalba de San Esteban, a unos 8 km, por los Altos de Fuentecambrón.
La primera mitad de este tramo, alterna subidas con bajadas, y alcanzamos la cota máxima de la ruta, unos 1.050 m de altitud.
La segunda mitad es todo bajada junto al Arroyo de la Vega, incluso en algún tramo, por el mismo lecho del arroyo, por lo que debemos rodar con precaución por esta zona.
Peñalba de San Esteban
En Peñalba de San Esteban, también es característico el conjunto de bodegas tradicionales. A la salida del pueblo en dirección Madrid, encontraremos un ejemplo magnífico de los palomares circulares propios de estas tierras. La iglesia de Santa María La Mayor, construida entre los siglos XV y XVI, en la margen izquierda del río Pedro, presenta también una bonita galería porticada.
Continuamos ya hacia nuestra penúltima parada, Atauta.
Atauta
Tras unos 4 km muy asequibles, entre fincas de cereal y viñedos, llegamos al paraje de las Bodegas del Plantío. Se trata de un conjunto arquitectónico muy singular, en el que bodegas, lagares, lagaretas y palomares, se ordenan y alinean como si fuera un poblado independiente. Está declarado como bien de interés cultural, con la categoría de Conjunto Etnológico desde marzo de 2017.
Luego subiremos hasta el pueblo para disfrutar de unas vistas increíbles de las bodegas con las montañas al fondo desde los cortados que se asoman al Arroyo de la Laguna.
El tramo, ya de regreso a San Esteban de Gormaz, es un cómodo descenso para descansar las piernas y relajarse, cosa que se agradece.
La llegada a San Esteban, por el puente sobre el Duero y con toda la parte antigua del pueblo justo enfrente, un lujo.
Todavía nos queda una última sorpresa para terminar esta ruta.
Es un bonito y tranquilo paseo junto al Duero, por el paraje de La Rambla y hasta el Parque Temático del Románico y el Molino de los Ojos. Son unos 6km entre ida y vuelta.